Nuestro Lema 2020: “Transformar nuestra mirada con Esperanza para poder ser Luz”. En tiempos de Cuaresma, los invitamos a compartir dos propuestas: reflexionar en familia la Palabra de Dios y el Evangelio del Domingo con la mirada de un invitado.
26 de abril
¡Gracias a la familia Fernández Arancibia!: Micaela, Rafael (1ro. EP), Vicente (1ro. ES), Lorenzo (3ro.ES) y sus padres Lorena y Manuel.
Bienvenidos todas las familias que quieran sumarse, contactarse con Caro Di Napoli por Handing.
Encuentro con la Palabra en Familia: Celebrar, trabajar, compartir, encontrarnos, escucharnos, respetarnos y rezar juntos; es el modo en que la comunidad es puesta en práctica y es fortalecida. Invitamos a todas las familias a vivir un encuentro con la Palabra de Dios que es siempre la Buena Noticia que salva y libera.
Preparación:
- Nos ponemos en presencia de Dios: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Dios está presente en medio nuestro.
- Invitación al silencio: se puede colocar una música suave para crear el clima deseado. El que guia, pide a todos que cierren los ojos, y que empiecen a respirar suavemente por la nariz, registrando el aire que entra y sale del cuerpo para calmar el ritmo mental. Realizar este ciclo tres veces.
- Lectura de la Palabra de Dios: Antes de empezar a leer es disponemos el corazón al recibir la Palabra de Dios, sobre todo si hay niños presentes. Sugerimos algo así: La Palabra de Dios me habla hoy a mí, me habla al corazón. Por eso te invito a que trates de escuchar atentamente este texto, tratando de imaginarte a Jesús, a las personas que van apareciendo, el lugar, las cosas que dice y hace, con quiénes habla y el mensaje que les deja. Como si en tu mente pudieras observar toda la escena. Esperar unos segundos y continuar con la lectura:
Jn 20, 19-31
Al atardecer de ese mismo día, el primero de la semana, estando cerradas las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, por temor a los judíos, llegó Jesús y poniéndose en medio de ellos, les dijo: «¡La paz esté con ustedes!».
Mientras decía esto, les mostró sus manos y su costado. Los discípulos se llenaron de alegría cuando vieron al Señor.
Jesús les dijo de nuevo: «¡La paz esté con ustedes! Como el Padre me envió a mí, yo también los envío a ustedes»
Al decirles esto, sopló sobre ellos y añadió:
«Reciban al Espíritu Santo. Los pecados serán perdonados a los que ustedes se los perdonen, y serán retenidos a los que ustedes se los retengan».
Tomás, uno de los Doce, de sobrenombre el Mellizo, no estaba con ellos cuando llegó Jesús.
Los otros discípulos le dijeron: «¡Hemos visto al Señor!».
Él les respondió:
«Si no veo la marca de los clavos en sus manos, si no pongo el dedo en el lugar de los clavos y la mano en su costado, no lo creeré».
Ocho días más tarde, estaban de nuevo los discípulos reunidos en la casa, y estaba con ellos Tomás. Entonces apareció Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio de ellos y les dijo: «¡La paz esté con ustedes!».
Luego dijo a Tomás: «Trae aquí tu dedo: aquí están mis manos. Acerca tu mano: Métela en mi costado. En adelante no seas incrédulo, sino hombre de fe».
Tomas respondió: «¡Señor mío y Dios mío!»
Jesús le dijo: «Ahora crees, porque me has visto. ¡Felices los que creen sin haber visto!».
Jesús realizó además muchos otros signos en presencia de sus discípulos, que no se encuentran relatados en este Libro.
Estos han sido escritos para que ustedes crean que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y creyendo, tengan Vida en su Nombre.
Momento de Reflexión
Los invitamos a descubrir qué me dice Dios hoy al recibir su Palabra. Antes de comenzar, es importante invitar a todos a volver a realizar una respiración profunda, a registrar nuevamente el ritmo de la respiración y luego pedirles que abran los ojos. Preguntar si hubo alguna palabra que no hayan entendido y aclararla.
- ¿Qué personas aparecen en este texto?
- ¿En qué lugar ocurre?
- ¿Cuándo sucede este relato?
- ¿Qué había pasado antes “ese mismo día”?
- ¿Cómo estaban las puertas del lugar en donde se encontraban los apóstoles?
- ¿Qué les dijo Jesús Resucitado ni bien se les apareció?
- ¿Qué les dijo también al soplar sobre ellos?
- ¿Cómo reaccionó Tomás al escuchar a sus amigos que estuvieron con Jesús?
- ¿Qué fue lo primero que dijo Jesús a los discípulos al aparecerse ocho días después?
- ¿Qué hizo Jesús con Tomás?
- ¿Qué dijo Tomás al tocar a Jesús?
- En este relato Jesús nos regala también una bienaventuranza. ¿Cuál es?
Para compartir lo que cada uno sintió y el mensaje que le dejó esta Buena Noticia, les sugerimos estas preguntas, pero antes les ofrecemos la siguiente aclaración:
Juan siempre juega en su evangelio con la luz (los que tienen fe) y la oscuridad (los que no tienen fe). En este relato, la primera vez que se aparece a sus discípulos, fue al atardecer, cuando la luz es más tenue, entonces siguiendo el simbolismo de Juan, podemos pensar en que la fe de ellos seguía siendo algo débil.
Otro detalle es el tema del lugar, la casa en la Biblia simboliza nuestro ser, somos nosotros. Por lo tanto “tener las puertas cerradas” es que todavía algo nos impide abrirnos al misterio. El último versículo de este relato vendría a ser como una síntesis del misterio pascual. Y algo no menor es que en Juan, la venida del Espíritu Santo es acá, el día de la Resurrección, antes de la Ascensión. Es Jesús mismo el que sopla al Espíritu a sus discípulos. Por último, en este texto Jesús nos regala una bienaventuranza. La bienaventuranza es la descripción del pensamiento de un sabio que comparte lo que él sabe con respecto al camino de la felicidad.
- “Estando cerradas las puertas del lugar donde se encontraban” ¿Tengo alguna puerta cerrada en mí que me impide ver la presencia de Jesús Resucitado?
- Jesús te dice: «¡La paz esté con ustedes!». La paz que Jesús te regala no borra lo que te está pasando, sino que, en medio de tu realidad, se hace presente. ¿Sentís que podés abrirte a la paz que Jesús te regala aún en medio de las preocupaciones y dificultades? ¿Por qué? ¿De qué manera?
- Tomás tiene la dificultad de creer que la alegría de la resurrección llega por medio de personas comunes, sus amigos. Y vos, ¿te identificás con la actitud de Tomás? ¿Podés recibir la alegría que te comparten las personas más cercanas? ¿O te cuesta? ¿Por qué?