La huerta: cuidado de nuestra casa común

En el colegio, cada rincón es una oportunidad para aprender y crecer. La huerta en Newman no es solo un espacio verde dentro del predio, sino un aula viva donde los niños descubren cómo sus pequeñas acciones pueden generar un impacto positivo en el medioambiente.

A través de tareas tan simples como regar, trasplantar o sacar malezas, los más chicos aprenden sobre la responsabilidad y el trabajo en equipo. Comprenden que las plantas necesitan cuidados constantes y que su esfuerzo tiene un impacto real en el crecimiento de la huerta.

Paciencia y respeto por los tiemposde la naturaleza

En huerta los más chiquitos aprenden que algunas cosas requieren tiempo. Esperar a que brote una planta o que un tomate madure es una lección sobre la paciencia y el respeto por los procesos naturales.

Al ver crecer las verduras y frutas, sienten orgullo y están más dispuestos a probar nuevos alimentos, lo que fomenta hábitos saludables desde Kinder.

Cada año comprobamos que el contacto con la huerta da un mayor sentido de responsabilidad y amor por la naturaleza. Con cada semilla que plantan y cada planta que cuidan, se convierten en pequeños guardianes del planeta, entendiendo que el futuro del medioambiente depende de las acciones que tomemos hoy.

La huerta en Newman es un aula sin paredes donde los más pequeños aprenden a cuidar, respetar y disfrutar de la naturaleza. Cada vez que plantan, riegan y cosechan, no solo están cultivando alimentos, sino también valores que los acompañarán toda la vida.

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