Una de las anécdotas más conocidas de la madre Teresa de Calcuta es la que contó un periodista que la estaba entrevistando mientras ella limpiaba la pierna de un moribundo. “Yo no haría eso ni por un millón de dólares”, le confesó el reportero, a lo que Madre Teresa respondió: “Por un millón de dólares, yo tampoco lo haría, lo hago por amor.”
Salvando las normes distancias con esa situación, cada vez que hacemos una experiencia de inmersión vivimos esa gratuidad del amor que nos llena de alegría. Y no hace falta irse muy lejos para experimentarlo. Hasta ahora, desde el colegio hicimos decenas de viajes de inmersión en países limítrofes, como Perú y Bolivia. Con docentes y alumnos, últimamente también con personal del colegio. Este año incorporamos la inmersión en nuestro propio país.
En octubre, junto con SER y Jaime Morea, hicimos nuestro primer viaje de inmersión en la Argentina, con 9 alumnos, 2 exalumnos y Tomás Romero Carranza que fue como acompañante del colegio.
Desde hace años que nuestra comunidad brinda apoyo a las iniciativas del instituto San Pedro Claver, en Ricardo Rojas. Pero distinto es convivir con las personas del lugar. En este caso, compartimos muchas horas con los chicos de Levántate y Camina, una iniciativa para jóvenes con problemas de consumo, que realizan actividades para que logren terminar sus estudios.
En el barrio, ayudamos a construir 2 habitaciones con la ayuda de una familia. Fueron gestos pequeños, conversaciones profundas y mucho intercambio de experiencia.
¡Esperamos que sea el inicio de muchas experiencias locales!