Un grupo de voluntarias de SER vivieron la experiencia de inmersión en Perú. Compartiendo, escuchando, tratando de comprender y aprendiendo de la fe y su esperanza de cada uno.
Cada noche había un momento de oración y reflexión, para reforzar la unidad, la fortaleza de la oración, la confianza… Y el aprendizaje de que todos, en cierto modo somos vulnerables. Todos necesitamos de los demás.
Perú nos regaló palabras que quedarán en el corazón: despertar, comunidad, entrega, aprendizaje, soltar, confiar, descubrir, equipo.











