Lema 2024: ¿por qué un lema cada año?

Este año, como cada inicio de curso, empezamos bajo el paraguas de una idea fuerza. ¿Por qué un lema anual? El lema es como una pequeña luz que nos guía, que nos aúna en un propósito común, lo suficientemente amplio como para que cada uno lo apropie personalmente, en su relación con los demás y en su ámbito de trabajo.

Esta vez, después de una puesta en común, elegimos “Un corazón común en Dios para servir a los demás”.

Heart speaks to heart, Cor ad Cor loquitur, El corazón habla al corazón. Es el moto que eligió John Henry Newman cuando lo nombraron cardenal, hacia el final de su vida. Pero era una idea que ya había usado muchos años antes, en uno de sus escritos más significativos: “La idea de Universidad”. ¿Qué quería decir Newman con esto? ¿Por qué lo eligió? ¿Por qué nos habla aún hoy? Se podrían rescatar tres ideas:

  1. Buscar a Dios en nuestro corazón como clave de la vida cristiana

El contexto era en la que los cristianos vivián en una confusión y muchos abandonan la fe. Newman subrayaba que era clave creer con el corazón. Fe, razón, corazón, vida:

Hoy vemos a esas multitudes que abandonan completamente la religión. Y es que no tienen en sus corazones la vida de Jesús tal como la vemos en el evangelio. Creen solo con el intelecto, no con el corazón.

2. Hablar desde un corazón sincero para servir a los demás.

En La idea de la Universidad, Newman define a un buen predicador  (profesor, maestro, padre, amigo) como una persona que no busca la admiración: es decir, no busca el aplauso por decir unas palabras brillantes. Así lo decía Newman:

El objeto del predicador es buscar el bien de los que le escuchan (…). Esto implica hablar desde la sinceridad: la sinceridad es un instrumento natural poderosísimo porque, a la vez, genera sinceridad en los otros, por empatía.

Por eso, cuanto más un predicador se olvida de sus palabras y piensa en quienes lo escuchan, tanto más gana a sus hermanos.  (…) Hace falta sin duda talento, lógica, estudios, buen uso de las palabras, buenas maneras, buena voz…, todo se requiere para la perfección de un discurso, pero ‘una sola cosa es necesaria’: una aguda percepción del bien de los que escuchan.

3. Entender la misión de nuestra vida como servicio

Hay una oración, que resume cómo entendía Newman el sentido de su vida, y cómo concretaba en su propia vida los grandes ideales. La transcribimos tal cual, en inglés porque tiene mucho más fuerza:

God has created me to do Him some definite service.
He has committed some work to me which He has not committed to another.
I have my mission.
I may never know it in this life, but I shall be told it in the next.

I am a link in a chain, a bond of connection between persons.
He has not created me for naught.
I shall do good; I shall do His work.
I shall be an angel of peace, a preacher of truth in my own place, while not intending it if I do but keep His commandments.

Therefore, I will trust Him, whatever I am, I can never be thrown away.
If I am in sickness, my sickness may serve Him,
in perplexity, my perplexity may serve Him.
If I am in sorrow, my sorrow may serve Him. He does nothing in vain.
He knows what He is about.
He may take away my friends.
He may throw me among strangers.
He may make me feel desolate, make my spirits sink, hide my future from me.

Still, He knows what He is about.

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